Sistema de becas facilitó estudios a ocho hermanos de familia de escasos recursos

Publicado: 2015-09-09

 

 

Judith González Hidalgo, estudiante de arquitectura, es la única hija de su familia que aún es estudiante de la UCR. Combina su carrera con su empresa. Foto cortesía Dalila González Hidalgo.

La Universidad de Costa Rica (UCR) está comprometida con la excelencia de su sistema de becas estudiantiles como parte esencial de nuestra institución, cada día más inclusiva, generosa y solidaria, especialmente con las poblaciones con mayores dificultades económicas.

Solo el año pasado, la UCR brindó algún tipo de beca socioeconómica a 20 341 estudiantes en el I Ciclo y a 19 171 en el II Ciclo. Esto significa que alrededor del 51 por ciento de los matriculados gozó de este beneficio en el 2014. El porcentaje se incrementa considerablemente cuando se consideran las sedes más alejadas del centro del país, alcanzando o superando el 80 por ciento en el Pacífico, Caribe, Atlántico y Occidente.

Para lo anterior se invirtieron 13 563 millones de colones durante el 2014, un aumento de 2 182 millones de colones en comparación con el año 2013, según consta en la presentación del Informe Anual del Rector 2014-2015.

La familia González Hidalgo, oriunda de San Ramón, sabe que contar con este tipo de subsidio ha sido imprescindible para dar estudios universitarios a ocho de sus diez hijos. Conseguirlo fue una combinación de esmero por parte de los padres, deseos de superación de sus hijos y el acceso a las opciones de ayuda que brinda el sistema de becas de la Universidad de Costa Rica, financiado principalmente gracias al Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), que el Estado asigna a las universidades públicas.

La madre de esta familia, doña Sonia Hidalgo Madrigal, es ama de casa, pero se ha dedicado también al comercio y a la venta de comida para colaborar con los recursos del hogar. El padre, don Víctor Hugo González Rodríguez, trabajó en ganadería y lechería durante un período de cinco años que vivieron en San Carlos. Actualmente labora como mecánico.

Ellos fueron los responsables de inculcar en su familia el valor del estudio, bajo la premisa de ser la mejor herencia que existe. Fue así como ocho de sus 10 hijos, de edades entre los 37 y los 24 años, lograron no solo ingresar a la UCR, sino también mantenerse en sus carreras gracias a las antiguas “becas 11” (hoy incluidas dentro de las “becas 5”) que además de dar matrícula sin costo alguno, proveían dinero para gastos relacionados con el quehacer universitario.

Para la socióloga Verónica González Hidalgo, una de las hijas de ese matrimonio, la ayuda socioeconómica brindada por la UCR fue fundamental para permitir a cada uno de sus hermanos concluir sus estudios.

“La verdad es que en mi familia se produjo una movilidad social gracias a nuestros estudios universitarios. Algunos de mis hermanos tienen casa propia, otros alquilan. Unos son emprendedores y quienes no son graduados de la UCR lograron tener su oficio mediante el Instituto Nacional de Aprendizaje. Pero no solo quiero agradecer a la universidad, sino también a la sociedad costarricense, que con sus impuestos hacen posible la sostenibilidad de un sistema solidario como el de las becas”, subrayó Verónica.

Similar opinión tuvo su hermano Isaac, el menor de los González Hidalgo. Él consideró que de no ser por la ayuda socioeconómica que recibieron (becas y traslado por condición geográfica cuando debieron alquilar apartamentos en San José) la duración de su carrera “hubiera tardado el triple”.

“Jamás hubiera podido obtener mi título este año si mis hermanos mayores no hubieran tenido la beca para pagar su estudio. Cuando ellos entraron a carrera yo todavía era un niño y teníamos un montón de gastos. No sé cómo hicieron mis papás. Aunque mi hermano mayor trabajaba para ayudarse, eso apenas alcanzaba para cubrir sus necesidades, junto con la beca. Mis papás tuvieron la visión de apoyarlos e impulsarlos”, dijo el más joven de la familia.

Para el 2016 las universidades estatales recibirán un presupuesto total de ¢440.773 millones de colones, asignados al Fondo Especial para la Educación Superior, lo que significa un aumento del 7,38 % con respecto al 2015. Este monto garantizará el financiamiento del sistema de becas para los estudiantes de nuestra universidad.

Pablo Mora Vargas
Periodista, Rectoría
pablo.moravargas@ucr.ac.cr

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