Cambio a telefonía digital ahorra casi ¢55 millones por mes a la UCR

Publicado: 2016-04-13

 

 

El uso de aplicaciones, la calidad del sonido, la facilidad del mantenimiento y el abaratamiento en el costo son las principales ventajas de la telefonía fija digital en la institución. Foto: Pablo Mora / Rectoría.

El reemplazo de la vieja central telefónica analógica por la Voz sobre Protocolo de Internet (o IP por sus siglas en inglés) ahorra por mes unos 55 millones de colones a la Universidad de Costa Rica (UCR), según cálculos realizados por el Centro de Informática (CI) y la Oficina de Administración Financiera (OAF), basados en datos de diciembre de 2009 y diciembre de 2015.

El proceso de cambio inició en 2008. Según las cifras del CI, a la fecha existen 5400 teléfonos IP instalados, de los 6500 que existen en la UCR, por lo que solo resta un 17% de las líneas universitarias en el sistema analógico. Se espera que para finales de este año ya todas sean digitales, con lo que la economía sería aún mayor.

Este ahorro se debe a que con la antigua central analógica, todas las llamadas entre sedes y recintos universitarios se pagaban al Instituto Costarricense de Electricidad. Ahora, con el sistema IP, estas comunicaciones son hechas por medio de la fibra óptica de la UCR, lo cual elimina los costos por cada llamada interna en la institución, sin importar a la sede que se marque.

Incluso, hay un proyecto en marcha a nivel del Consejo Nacional de Rectores para que todas las centrales telefónicas de las universidades públicas estén interconectadas, de modo que cada llamada entre la Universidad Nacional, el Instituto Tecnológico Nacional, la Universidad Estatal a Distancia, la Universidad Técnica Nacional y la UCR sean gratuitas. Esto sería realidad a inicios del próximo año.

Otro rubro donde la universidad ahorra recursos es en el mantenimiento. Con el sistema analógico las centrales estaban distribuidas en diferentes puntos, por lo cual cuando existía algún daño había que realizar la contratación de un técnico externo y pagar el desplazamiento, así como los respectivos viáticos. Ahora, en el caso de un desperfecto, es el mismo personal del CI quien se encarga de resolver el problema, y al ubicarse los dos servidores que albergan las líneas en la misma universidad, no hay necesidad de trasladarse a largas distancias.

“Las centrales viejas tenían 20 años de uso. Estaban fuera de soporte o de garantía y trabajaban con tarjetas . A cada una de ellas se conectaban 32 teléfonos. Cuando caía un rayo en una tormenta, se quemaban varias de ellas y el costo de reposición era alto: cada una vale ¢2,5 millones. De hecho, se contaba con repuestos porque todos los años se quemaban tarjetas, con el inconveniente de que había que mover líneas y el trabajo era muy engorroso”, recordó el director del CI, M.Sc. Alonso Castro.

Las averías en el sistema analógico eran muy comunes. Ahora, la única manera de que se produzca una incomunicación total es que exista un corte general de energía eléctrica. No obstante, esto solo afecta al usuario, pues la central no se cae, ya que cuenta con sistemas de alimentación ininterrumpida (más conocidas como UPS, por sus siglas en inglés), las cuales actúan como respaldo eléctrico en estos casos.

“Hay siete puntos de red donde se tienen instaladas UPS para evitar que estos cortes continúen. Se estima que para octubre todos los puntos universitarios donde se requiere este equipo estarán cubiertos”, dijo el M.Sc. Castro.

La ampliación de la cantidad de líneas por central es otro factor que ha beneficiado a la universidad: con el sistema analógico el máximo era de 5 mil, mientras con el actual hay una capacidad máxima de 10 mil líneas, suficiente para cubrir toda la demanda de los docentes y funcionarios administrativos universitarios.

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Pablo Mora Vargas
Periodista, Rectoría
pablo.moravargas@ucr.ac.cr

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