“Desorden” administrativo en Club de Fútbol impide a UCR girar presupuesto restante


Pablo Mora Vargas, Periodista, Rectoría
pablo.moravargas@ucr.ac.cr
Publicado: 2017-03-01

 

 

Las irregularidades presentadas a lo interno de la administración del Club de Fútbol UCR pueden ser consultadas en los documentos que se encuentran al pie de esta nota (imagen con fines ilustrativos). Foto: Laura Rodríguez / ODI - Archivo.

El “desorden” en los estados financieros de junio 2015 a mayo 2016 de la Asociación Deportiva Filial Club de Fútbol de la UCR impide a la administración de la Universidad de Costa Rica depositar el 14% (alrededor de ¢28 millones) correspondiente al presupuesto del año anterior.

Así lo reconoce el propio vicepresidente del club, Oscar Chavarría, en el oficio CFUCR-197-2016, dirigido a la vicerrectora de Vida Estudiantil, M.Sc. Ruth De la Asunción, el 23 de noviembre del año pasado, cuando tenía el cargo de presidente a.i.:

“Para la contabilidad del período junio 2015 – mayo 2016 se contrató a la empresa CGS Consultores, sin embargo no fue posible que prepararan los estados financieros de forma mensual, debido al desorden que encontraron con la documentación, así como también a una serie de irregularidades en cuanto a la forma en que se llevaba la contabilidad por parte de la anterior contadora…”.

Pese a que ese oficio enumera una serie de acciones correctivas, admite que las facturas o documentos que respaldan transferencias bancarias en marzo del año pasado aún están extraviadas.  De igual manera existen una serie de actas de la junta directiva que no están registradas, así como las actas de la Asamblea General del club, cuyo libro se extravió desde finales de 2014. El libro fue repuesto al momento de la auditoría, pero este se encontraba en blanco.

La Oficina de Contraloría Universitaria (OCU) evidenció, en su oficio OCU-480-2016, firmado por el contralor universitario, MBA. Glenn Sittenfeld, que: “a julio de 2015 la Administración del Club de Fútbol no contaba con los servicios contables, dado que se había prescindido de sus servicios y por lo tanto, a pesar de tener unos estados financieros sin auditar que habían preparado, los mismos no contaban en sus registros con la documentación clasificada, no se tenían los auxiliares ni los asientos de diario individuales de cada transacción, de ahí que no se podían validar los saldos”.

El contralor agrega ese mismo oficio que la contadora destituida en esas fechas se rehusó a colaborar porque el club le adeudaba dos meses de honorarios y su liquidación laboral, reclamo que no se había resuelto.

Por otra parte, en un informe remitido a la OCU en junio del 2015, la fiscal, Dra. Mayela Cubillo Mora, detalló que habían debilidades serias en el control interno y en la gestión administrativa. Algunas de ellas son las siguientes:

a) Problemas de conciliación entre los informes del Tesorero y la parte administrativa.

b) Problemas con los registros al día de contratos laborales, sobre salarios y otros beneficios, vacaciones y prestaciones legales tanto de los jugadores, cuerpo técnico como del personal administrativo.

c) No está actualizada la contabilidad financiera, con ingresos, egresos, saldo contable de las partidas y compromisos por pagar.

d) Poco control interno en el manejo de facturas y dinero.

e) Uso de dinero de taquillas que no se depositaron y que son utilizadas para hacer otros pagos.

Sobre el déficit financiero de casi ¢93 millones que el mismo presidente del club estimaba para el 30 de mayo de 2016, el MBA. Sittenfeld advirtió que ese monto podría crecer, bajo el riesgo de endeudarse o dejar de pagar sus obligaciones.

Además, a la fecha de la redacción de ese informe, el 8 de setiembre de 2016, el MBA Sittenfeld concluyó dentro de su reporte que no había sido posible dar un diagnóstico más detallado de la situación debido a que el Club de Fútbol no entregó la información solicitada al 31 de mayo de 2016, fecha límite establecida para la entrega de la documentación para ser revisada por este órgano contralor.

Debido a todo lo anterior, para la administración de la UCR no es posible transferir recursos de su patrimonio en tanto una auditoría interna de la universidad asegure  que se han solventado las carencias administrativas y organizacionales de la asociación deportiva.

Hasta entonces, se mantiene la decisión de no girar los ¢28 millones restantes, tal como consta en el oficio R-457-2017.


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