Diputada Silvia Hernández reconoce aportes del ICP a la salud pública


Caterina Elizondo Lucci, Periodista, Rectoría
caterina.elizondo@ucr.ac.cr
Publicado: 2021-03-22

 

 

La diputada del Partido Liberación Nacional, Silvia Hernández, constató los aportes generados por el Instituto Clodomiro Picado de la UCR para la salud pública y desarrollo humano en su visita del pasado viernes. Foto: Caterina Elizondo/Rectoría.

El impacto en la salud pública y en el desarrollo humano que se realiza a partir de la investigación, docencia y acción social del Instituto Clodomiro Picado (ICP) fue resaltado por la diputada liberacionista Silvia Hernández Sánchez, quien visitó sus instalaciones la mañana de este viernes 19 de marzo en compañía del rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), Gustavo Gutiérrez Espeleta, y otras autoridades universitarias.

La diputada Hernández constató un crecimiento en los laboratorios, equipo y pesquisas que desarrolla esta unidad. En sus palabras, el aporte de investigación que allí se realiza nutre la innovación del país y con ello se aporta a la productividad nacional.

“El ICP es un ejemplo de un tema vital para la salud pública y desarrollo humano, no solo para Costa Rica sino para otros países, como lo ha demostrado la comercialización de los sueros antiveneno. Estoy muy complacida de ver muchísimo la labor que han tenido y el crecimiento en comparación de hace unos años a ahora”, aseguró la diputada.

Además del rector Gutiérrez, visitaron el ICP la vicerrectora de Investigación, María Laura Arias Echandi; la directora del ICP, Cecilia Díaz Oreiro; el subdirector del ICP, Mahmood Sasa Marín, y el secretario académico de la Rectoría, Felipe Alpízar Rodríguez.

El encuentro inició con la visita a uno de los serpentarios del instituto, en donde los investigadores del Laboratorio para la Investigación de Animales Peligrosos (LIAP), Fabián Bonilla y Adriana Alfaro, mostraron algunas de las serpientes que allí se resguardan para la extracción de su veneno. Algunas de ellas han sido rescatadas tras recibir maltratos en sitios privados, o incluso por haber sido traídas al país de manera ilegal, en malas condiciones.

“Las capacitaciones que brindamos a personal de salud y de socorro son vitales para que sepan atender muchas emergencias que surgen en todo el país”, comentó el Dr. Sasa. Según explicó, estas capacitaciones permiten a médicos y a bomberos saber cómo reaccionar ya sea ante la presencia de serpientes, como en el caso de mordeduras.

Una pitón, una falsa coral albina, una coral, una terciopelo, una cobra y una bocaracá fueron algunas de las especies de serpientes que los visitantes pudieron observar en el serpentario.

El ICP también estudia venenos de otros seres, incluyendo escorpiones y arañas. De acuerdo con la Dra. Díaz, el país no reporta muchas muertes provocadas por estos insectos, pero Panamá y Colombia sí. “Los cambios taxonómicos en algunas de estas especies aún son poco estudiados, pero es necesario hacerlo para asegurar que los sueros sean efectivos ante posibles envenenamientos”, manifestó.

Seguidamente el grupo visitó algunos de los laboratorios, en donde fueron recibidos por el investigador Bruno Lomonte Vigliotti. Uno de ellos es el laboratorio de proteómica, el cual es un laboratorio muy especializado, único en su estilo en Centroamérica, en donde es posible identificar proteínas desconocidas y secuenciar sus aminoácidos. Esto es esencial, por ejemplo, al estudiar los venenos para producir sus correspondientes antídotos.

Los sueros antiofídicos producidos en el ICP no solo abastecen a Costa Rica (en donde, mediante convenios con las instituciones de salubridad pública, se encuentran en todos los centros hospitalarios del país y evitan alrededor de 600 muertes al año por envenenamientos por mordedura de serpientes), sino que también viajan alrededor del mundo para atender a miles de personas en países en vías de desarrollo. Según explicó la Dra. Díaz, el ICP vende los sueros al costo a países de Centro y Suramérica y África Subsahariana, como una acción humanitaria.

“Esta labor sin fines de lucro, totalmente subvencionado por la Universidad, representa un aporte a un grave problema de salud pública”, agregó el rector Gutiérrez.

Solo recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el envenenamiento por mordedura de serpiente como enfermedad desatendida, y Costa Rica tuvo protagonismo a través del ICP en los diálogos que permitieron esta declaración.

En el contexto de la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, el ICP fue una de las varias unidades de la UCR que se comprometió con poner a disposición del país su conocimiento y tecnología para buscar soluciones en sus correspondientes ámbitos de acción. Como fruto de estos esfuerzos, el año pasado se produjo un suero equino para el tratamiento de los pacientes enfermos por Covid-19, el cual actualmente es estudiado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en ensayos clínicos.

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